
Tomás Paredes – AICA Spain / AECA
El jueves, 15 de junio, en la sede de AEPE tuvo lugar la presentación del libro El Círculo Benlliure de Mª Dolores Barreda, secretaria general de la Asociación Española de Pintores y Escultores y miembro de AECA. En la misma intervinimos Javier Sierra, una cima literaria hoy; José Gabriel Astudillo, pintor, escultor y presidente de AEPE, y quien firma estas líneas.
El Círculo Benlliure, editado por la Federación de Cofradías y Hermandades de Crevillent,es un límpido ejercicio de claridad, en torno a la mujer artista, a lo largo de una centuria y media en España. Pues la Asociación Española de Pintores y Escultores, ubicada en Madrid, tenía y conserva socios de todos los rincones de España.
Estamos ante un proyecto a contracorriente; ante un trabajo de campo, es decir una investigación que se realiza en el terreno del objeto estudiado. Algo, ahora, en absoluto desuso, puesto que estamos inmersos en la dinámica del corta y pega. Una labor, la de Barreda, que huye de las ideas recibidas adulteradas, de los errores que se transmiten, de las ambigüedades que se multiplican por falta de rigor y de decencia investigadora.
Por eso es un trabajo a contra corriente. Hecho desde el expurgue de documentos antañones. Unas pesquisas sin trampa ni cartón, en lo más recóndito y olvidado. No se resuelve esta empresa cultural de Mª Dolores Barreda husmeando y fatigando internet, ninguna de las creadoras estudiadas está en internet, casi todas moraban en el desván de los arrumbes, arrojadas ellas y sus obras a la más oscura noche.
En 2013, María Dolores Barreda es nombrada secretaria general de la Asociación Española de Pintores y Escultores, AEPE. A ella accede de la mano de José Gabriel Astudillo, que conocía su eficiencia. Cuando se sitúa, observa que no hay historia escrita de la centenaria institución y algo grave, que no aparecen con visibilidad alguna las mujeres, las socias de AEPE, tan activas como los socios. Hasta 2016 no comenzará a publicar artículos, que desembocan en este monumental ejercicio de decencia.

Mª Dolores Barreda se conjura contra la dejadez y la ceguera, contra la cobardía de tantos repetidores intertextuales, y comienza a remover papeles, a buscar datos, a examinar expedientes, no sólo en los fondos particulares de la AEPE, sino en la Biblioteca Nacional, en el Ateneo de Madrid, en la Academia de San Fernando, en la Facultad de Bellas Artes de la UCM, Archivo Histórico Bernardino de Pantorba y todavía.
A veces, no ha encontrado ni una sola imagen, ni un vestigio de las obras de estas 76 creadoras rescatadas en esta nueva arca de Noé. Tampoco ha querido fantasear, lo que se agradece. La búsqueda del historiador no debe completarse con narración novelesca. Su método trata de ser estricto, aséptico, crudo: exponer sin juzgar. Recopila datos, opiniones de la época, referencias periodísticas, documentos, sin meterse a valorar su dimensión estética. Un quehacer de historiador antes que de crítico. Un proceso largo, minucioso, cansino a veces, pero imprescindible.
Esa es la clave de este ensayo histórico, diccionario o repertorio de mujeres artistas, que coadyuvaron a la historia de esta institución, AEPE, fundamental en el desarrollo del arte y la creatividad durante un siglo y pico en España. Este volumen se publica en el 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure, 1947, y abarca desde el nacimiento de AEPE, situado circa el primer lustro del siglo XX.
María Dolores Barreda Pérez, Madrid 1966, es licenciada en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM. Ya en la Facultad vio con claridad lo que quería e intentó crear soportes para su pasión. Trabajó en la Administración Municipal en el área de cultura, difundiendo propuestas, preparando proyectos y detectando carencias que había que solucionar. Se ocupó de la organización del primer Concurso de Pintura Al Aire Libre del Retiro, con Agustín Rodríguez Sahagún en la presidencia de la alcaldía. Y en la promoción del Pabellón Florida.
Suya es la idea de iluminar edificios, que otros políticos pusieron en práctica. Fue directora del Centro Cultural Casa de Vacas, en los cursos 1989-91, dejando huella de su entrega. Montó la sala de exposiciones de Mejía Lequerica, Madrid, donde se realizaron distintas muestras y se ganó un nuevo espacio expositivo para la difusión del arte. Ha comisariado múltiples exposiciones, ha realizado montajes de las mismas, dirigido concursos, organizado encuentros, cursos, siempre en torno al arte.

El 18.VI.2019, la Junta Directiva de AEPE aprobó por unanimidad su nombramiento de secretaria General Perpetua de la entidad. Su labor en AEPE es sobresaliente y encomiable: además de rehabilitar y dirigir la Gaceta de Bellas Artes ha promovido su digitalización, lo que es muy provechoso para conocer la historia de AEPE, así como para aquellos que internet constituye su única fuente, que hoy son mayoritarios.
Es una suerte inmensa, encontrar personas capaces de sacrificarse y de investigar con garantías, con rigor, con talante y con talento, como evidencia María Dolores Barreda en El Círculo de Benlliure. una selección de artistas, que tuvieron algún contacto con el maestro Mariano Benlliure, ese enorme escultor, imposible de ocultar o de manipular, que creó varios arquetipos de la escultura universal.
Aunque el trabajo que viene desarrollando la historiadora del arte, Barreda Pérez, es mucho más amplio que el contenido del libro, porque también ha rescatado de las tinieblas a los directores de la Gaceta de Bellas Artes y a otros miembros de AEPE, en un conjunto de ensayos que merecen otro libro, distinto, pero igual de importante. La leo desde hace un lustro y su aportación es descomunal, desempolvando historia viva con pasión y método riguroso.
Periodista, historiadora, directora de la Gaceta, comisaria, ejecutiva, publica ahora su primer libro, inicio de una serie de monografías, que vendrán a historiar lapsos de actividad artística dejados en tierra de nadie. ¡Los amantes del arte y los artistas se lo agradeceremos! Los lectores harán lo propio con estás páginas dedicadas a las mujeres artistas sin un ápice de feminismo excluyente, sin esperar otro rédito que la evidencia de su idoneidad expresiva e información veraz.